La inteligencia de amenazas es un proceso integral de identificación y análisis de ciberamenazas que no solo se refiere a la recopilación de datos sobre futuros ataques sino también, a la habilidad de procesar y analizar la información para obtener una comprensión profunda. Este proceso implica revisar y contextualizar los datos, detectar problemas y finalmente aplicar soluciones específicas para abordar las amenazas identificadas.
En este panorama desafiante, la inteligencia de amenazas emerge como una pieza clave en el rompecabezas de la ciberseguridad. ¿Pero qué es exactamente? A menudo, se confunde con otros términos en ciberseguridad, como "datos de amenazas". Sin embargo, la inteligencia de amenazas es mucho más profunda. Mientras que los datos de amenazas pueden ser una simple lista de posibles riesgos, la inteligencia de amenazas adopta un enfoque global.
La verdadera esencia de la inteligencia de amenazas radica en su capacidad para permitir que las organizaciones actúen con velocidad y conocimiento en la lucha contra los ciberataques. En vez de reaccionar a las amenazas después de que han ocurrido, la inteligencia de amenazas permite actuar de forma proactiva y tomar decisiones inmediatas.
Además, se centra en la acción que deben llevar a cabo las empresas al sufrir ciberataques con el fin de reducir el riesgo de filtraciones de información valiosa.
La Inteligencia de amenazas es fundamental para cuidar la reputación y fidelidad de tus clientes porque:
Un programa de inteligencia de ciberamenazas, trabaja en varios frentes para salvaguardar la integridad de la información digital. Desde prevenir la pérdida de datos hasta proporcionar pautas de seguridad y defender tu información.
Su enfoque proactivo permite detectar ciberamenazas en su fase temprana, evitando filtraciones de datos que podrían poner en riesgo información confidencial. Al analizar y decodificar los patrones, ofrece una guía para implementar medidas de seguridad eficaces ante futuros ataques.
La inteligencia de amenazas se convierte en el nexo que conecta a estos defensores digitales, permitiéndoles construir una base de conocimientos colectiva. A través de esta colaboración, se enfrentan al delito cibernético con un frente unificado.
Los expertos en ciberseguridad consideran varias fases:
Se obtienen datos para respaldar los objetivos en la “Fase 1”. La cantidad y calidad de los datos son esenciales: metadatos de redes internas, dispositivos de seguridad, datos de amenazas confiables de organizaciones de ciberseguridad, entre otros.
Todos los datos recopilados son transformados en un formato útil para la organización a través de diferentes métodos de recopilación.
Una vez procesados en un formato utilizable, los datos son analizados. El análisis convierte la información en inteligencia que guía decisiones organizacionales. Decisiones como aumentar inversiones en recursos de seguridad, investigar amenazas específicas, tomar medidas para bloquear amenazas inmediatas, entre otras.
Son fundamentales las recomendaciones y conclusiones para definir qué tipo de inteligencia requiere cada audiencia, en qué formato y con qué frecuencia.
La retroalimentación es valiosa para mejorar programas de inteligencia de amenazas, asegurando que se atiendan los requerimientos y objetivos de cada grupo para perfeccionarse constantemente en su enfoque de seguridad cibernética.
La inteligencia de amenazas en ciberseguridad se divide en tres categorías principales:
Diseñado para audiencias no técnicas, como los comités directivos de empresas u organizaciones. Se centra en cuestiones de ciberseguridad que pueden influir en decisiones empresariales como: fuentes de código abierto, informes de medios, documentos técnicos e investigaciones, etc.
Enfocada en el corto plazo y dirigida a audiencias técnicas. Se encarga de identificar Indicadores de Compromiso (IOC, por sus siglas en inglés), para buscar y eliminar amenazas específicas en una red. Los IOC pueden incluir elementos como direcciones IP sospechosas, nombres de dominios maliciosos, tráfico inusual, alertas de inicio de sesión y cambios en las solicitudes de archivos/descargas.
Responde a las preguntas: "quién", "por qué" y "cómo" para el análisis de ciberataques previos y la deducción de intenciones y conlleva emplear más herramientas a largo plazo.
Permite a las empresas identificar vulnerabilidades emergentes y reducir riesgos de pérdida de datos y disrupciones en las operaciones diarias para continuar sus labores.
Previene filtraciones de datos, monitorea dominios y direcciones IP sospechosas que podrían robar datos, evitando ataques DDoS.
Disminuye riesgos de filtraciones, ahorrando dinero, ya que funciona de forma digital empleando menor cantidad de personas.
Ayuda a las organizaciones a comprender riesgos cibernéticos para tomar decisiones más seguras y rápidas.
Colabora en la preparación ante futuras amenazas y además, actúa de forma inmediata cuando las amenazas aparecen.
En Widefense, comprendemos tus inquietudes y estamos aquí para brindarte una solución infalible. Imagina un escenario en el que tus sistemas estén fortificados y listos para enfrentar cualquier amenaza cibernética, con respuestas ágiles y precisas. Diseñamos un plan integral, meticulosamente elaborado, que abarca desde la acción inmediata hasta la remediación efectiva y la prevención proactiva.
Estamos equipados con las mejores herramientas y la experiencia necesaria para afrontar las ciberamenazas con confianza las 24 horas con expertos que te acompañarán en cada situación que lo requieras para accionar y tomar decisiones inmediatas.
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