Uno de los conceptos menos conocidos en ciberseguridad, pero igualmente peligrosos es el "Man-in-the-Middle" (MitM), o Hombre en el Medio. Como la mayoría de los ataques, su sofisticación a través del tiempo ha aumentado, aprovechando las conexiones en apariencia seguras para infiltrarse en la comunicación entre el usuario y el sitio al que accede. Es fundamental comprender los riesgos asociados con los ataques de MitM para poder establecer una gestión segura de los datos.
En un ataque MitM, el atacante se interpone en la comunicación entre dos partes: un usuario y el sitio a donde quiere llegar, por ejemplo, sin que ninguna de ellas sea consciente de la presencia del intruso. Este intermediario no autorizado puede leer, modificar o incluso escribir nuevos datos en el flujo de la comunicación, lo que potencialmente pone en peligro la confidencialidad e integridad de la información transmitida.
Los atacantes MitM utilizan diversas técnicas para lograr intermediar en la comunicación segura. Estas pueden incluir el envenenamiento de ARP, la suplantación de DNS, la interceptación de conexiones inalámbricas y la explotación de vulnerabilidades en el software. Una vez establecida la posición intermedia, el atacante puede monitorear o manipular la información a su favor.
Los ataques MitM pueden tener consecuencias graves, entre ellas:
Robo de información confidencial: El atacante pueden capturar datos confidenciales, como contraseña a los sitios que se acceden mientras navegas, información financiera o datos personales.
Modificación de datos: Los datos transmitidos pueden ser modificados antes de llegar a su destino, lo que podría llevar a decisiones basadas en información alterada.
Suplantación de identidad: Los atacantes pueden hacerse pasar por una de las partes, permitiendo ejecutar acciones fraudulentas.
Las organizaciones pueden tomar las siguientes medidas generales, que también son de ayuda para la prevención y protección frente a los ataques MitM:
Poseer conocimiento del estado de nuestra ciberseguridad: A través de servicios que indiquen cuál es el estado de actual de nuestra ciberseguridad en base a normas de nuestra industria y nos entreguen un plan de mejora para su optimización, nos dará claridad en cuáles son los puntos débiles y qué acciones tomar para generar resiliencia frente a este tipo de ataques para disminuir su impacto.
Gestionar nuestra ciberseguridad de forma avanzada: Poseer software de seguridad no implica necesariamente que estemos protegidos. La gestión especializada de las soluciones que componen nuestro sistema de seguridad cibernética garantiza detectar a tiempo, gestionar de forma óptima el incidente y tener una recuperación rápida.
Invertir en Capacitación y Concienciación: Educar a nuestros colaboradores sobre las mejores prácticas de seguridad cibernética puede reducir el riesgo de caer víctima de ataques de este tipo.
El ataque Man-in-the-Middle es un recordatorio de que incluso las conexiones aparentemente seguras pueden no ser tan seguras como pensamos. Un monitoreo constante, la implementación de mejores prácticas y la gestión de la tecnología adecuada son esenciales para salvaguardar nuestras comunicaciones en un mundo digital cada vez más complejo y conectado.
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